martes, 9 de diciembre de 2008

La generación Google y los que aún no creen en Internet

El siguiente artículo fue publicado en El Cronista Comercial el lunes 8 de diciembre de 2008.



La generación Google y los que aún no creen en Internet

Por Pablo Capurro, director de agencia y productora digital SG2.

Desde el 2000, la masa de usuarios de Internet ha crecido a nivel mundial en un 305%, pasando de 360 millones a más de 1.463 millones en 2008. Si MySpace fuera un país sería el quinto del mundo en cantidad de habitantes, entre Indonesia y Brasil, según indica Wikipedia, la enciclopedia más consultada en el mundo.

Se cumplen diez años del nacimiento de Google, hoy sinónimo de Internet, pero todavía hay quienes se resisten a creer y no confían en este medio, que es utilizado por más del 20% de la población mundial. En la Argentina, por ejemplo, más del 40% de los habitantes accede a la Web.

Próximo a finalizar 2008, inmersos en el debate de la Web 3.0 y del descomunal crecimiento de las comunidades virtuales (Facebook, MySpace, etc.), aquí nos encontramos, aún, discutiendo y explicando a funcionarios del marketing de las empresas las bondades de Internet, la necesidad de crear para los anunciantes una estrategia global que incluya al on-line, y las ventajas de publicitar cualquier servicio o producto mediante un medio que es el de mayor nivel de segmentación (y todavía el más económico) que se ofrece en el mundo.

¿Por qué razón pueden algunos, todavía, no creer en los beneficios de destinar una inversión publicitaria significativa en Internet?


Hay quienes sostienen que el retraso en el aprovechamiento profesional de las N mil herramientas que ofrece la Web y la conciencia sobre su potencial responde al aspecto generacional. Estos suponen que, cuando la llamada ‘Generación Google’ asuma la conducción de una empresa, habremos dejado atrás este extraño fenómeno de descreimiento e ignorancia. Un ejemplo que podría validar esta hipótesis es la declaración del candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, John McCain (72 años), quien reconoció no saber ‘ni enviar un e-mail’.

Por el contrario, mercados como el del Reino Unido, en el que se destina a Internet el 20% de la pauta publicitaria, algo menos que a la TV, demuestran lo contrario. Allí los floggers y los emos (o sea, los jóvenes) no son gerentes de marketing y, sin embargo, la inversión on-line de las empresas ha crecido mucho más velozmente.

En consecuencia, la edad no pareciera ser la clave.

Si recordamos los comienzos de la Web, son otras las razones que pueden encontrarse.


Una exagerada tendencia de los digitales a evangelizar con la bandera de los bajos costos y los resultados ultra efectivos y mensurables creó, en algunos, una falsa imagen sobre el medio.

Mientras la publicidad on-line ya representa el 10% de la torta publicitaria mundial, alcanzando a la radio en 2008, en la Argentina, en el año último, se destinó sólo el 2,06% a Internet.

El retraso no se ve sólo en los números publicitarios.

A pesar de que no existen registros oficiales, diversas fuentes confirman que la inversión en el medio, más allá de lo publicitario -que incluye el desarrollo y actualización del sitio Web oficial,
la creación de contenidos, servicios y atención al usuario, y la presencia en comunidades- es mucho menor comparada con la que se registra en otros países.

Éste fenómeno de tardía desconfianza hacia el medio no afecta a las mayorías. Son muchas las empresas que creen en Internet y que avanzan sobre los prejuicios que detienen a otros.

En tiempos de crisis global, Internet es una nueva oportunidad para llegar en forma más rápida
y más económica al público objetivo.

No caben dudas, de que una de las bondades de esta crisis es que varias empresas (y anunciantes) buscarán la posible salida por caminos digitales.

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